Es curioso cómo de un año a otro pueden invertirse
diametralmente las posiciones de dos equipos como Maserati y Ferrari.
Los aficionados han de recordar – en una nota aparte damos
también cuenta de ello – que durante los entrenamientos el año pasado Maserati
trataba de llegar al rendimiento de los Lancia con el empleo de una mezcla de
carburante común con nitrometano, que tiene la característica de liberar en el
momento de la combustión cantidades de oxigeno, las cuales producen el mismo
efecto que si el motor succionara un volumen de aire mayor que el que podría
absorber normalmente.
Dado el hecho que la potencia del motor depende de la
cantidad del aire absorbido – de ahí los compresores, – el empleo de
combustibles oxigeno-portantes como el nitrometano o nitrobenzeno resultan de
un marcado incremento de rendimiento en relación a los carburantes que dependen
exclusivamente del oxígeno ambiente. Sin embargo, debido al elevadísimo costo
del nitrometano (250 pesos el litro) y el principio de que el uso de tales
carburantes contradice el espíritu del motor aspirado, no han sido llevadas
adelante las pruebas con los mismos.
Ello no obstante, Maserati - insistimos – ensayó el año
pasado en los entrenamientos para el G. P. República Argentina una mezcla que
contenía cierto porcentaje de nitrometano. El resultado de este intento fue que
el día sábado de la clasificación tanto Moss como Menditeguy agujerearon
pistones, siendo Jean Behra el único integrante del equipo Maserati que pudo
asegurarse un puesto en la primera fila.
La situación parece haberse volcado en favor de Maserati,
pues ahora fue Ferrari quien insistió con carburantes que contenían
nitrometano, con el propósito de obtener un rendimiento satisfactorio en los
motores. inexplicablemente los motores Lancia V8 no llegaban este año al
rendimiento que arrojaron el año pasado. En ese entonces las Lancia llegaban al
final de la recta principal a 8.400 r.p.m. en 5ta marcha, y ahora evidentemente
no se pudieron superar las 8.100 revoluciones. Aunque la diferencia parezca
ínfima, estas 300 r.p.m. se traducen en la práctica en casi 8 Km/ph. menos. De
ahi que las Lancia - Ferrari no hayan podido llegar a los mismos tiempos que el
año pasado.
A pesar de ello, era de suponer que Ferrari no utilizaría de
ninguna manera durante la prueba en sí una mezcla con contenido de nitrometano,
porque una cosa son algunas pocas vueltas de entrenamiento y otra es exigir de
los motores resistir 3 horas en condiciones tan extremas
La situación, en resumen sufrió un cambio fundamental desde
el año pasado a este: si en 1956 fueron 3 Lancia y una Maserati que se ubicaron
en primera fila, esta vez fueron 3 Maserati y una Lancia que obtuvieron puestos
en la hilera de vanguardia. Con su Maserati, Moss marcó el sábado l’42 "6
(l87,275 Km/ph.), quedando a sólo l/10 del tiempo establecido el año pasado por
Fangio con Lancia. Es posible que también Carlos Menditeguy hubiese podido
bajar su tiempo en 1 segundo para desalojar a Castellotti de la primera fila de
no haber realizado sus vueltas de clasificación con tanque lleno.
No era de extrañar que Maserati se hallara completamente
tranquilo ante esta evolución que tomaban las cosas. Maserati tenía, además, a
su disposición un excelente equipo integrado por Fangio, Moss, Behra y
Menditeguy. Nos atreveríamos a aseverar que pocas veces llegó a constituirse un
team de valores tan sobresalientes como en el presente caso, aunque por otra
parte debe destacarse como detalle curioso que ningún italiano integraba esta
escuderia peninsular.
La desgracia de Ferrari
Ferrari no estaba tranquilo. Las maquinas no parecían rendir
en la forma esperada. Además había 6 coches a disposición de 8 volantes, dos de
los cuales tenían forzosamente que ser eliminados. Ello originó una pugna entre
los pilotos que integraban la escudería Ferrari, puesto que cada uno trataba de
marcar un tiempo que le permitiese tomar parte en la prueba. No existían dudas
acerca de la participación de Castellotti, Collins. Musso y Hawthorn, que
tuvieron durante la clasificación un desempeño muy parejo, pero en cambio no se
sabia cuál de los 4 volantes restantes de Ferrari quedaría eliminado.
González, De Portago, Perdisa y von Trips habian marcado los
tiempos subsiguientes con Ferrari y se suponía con buena razón que los dos
últimos quedarían en los boxes para hacerse cargo de cualquier máquina del
equipo si tal resultara necesario aunque en la práctica De Portago fue
reemplazado por Perdisa.
Además de los teams oficiales de Ferrari y Maserati se
contaba con la concurrencia de la Scudería Centro-Sud, integrada por Harry
Schell, Giorgio Scarlatti, Joaquin Bonnier y Alejandro de Tomaso. A disposición
de estos tres pilotos se hallaban dos Maserati modelo 1956 y una maquina
Ferrari 2 litros, confiada a de Tomaso. Por fin teníamos a Luigi Piotti con una
Maserati particular, relativamente nueva.
Habiendo visto correr a las Ferrari y las Maserati sobre
pista seca tanto como bajo la lluvia nos había impresionado mejor esta última.
Se tenía mejor, requería menos correcciones de volante y aceleraba más
briosamente que aquéllas. Ferrari, además de tener dificultades con la
carburación y el rendimiento motriz en general, tuvo otro problema: el de la
suspensión delantera Un poco pesimista, nos confiaba Hawthorn el día antes de
la carrera: – Ojalá llueva mañana. Aunque las Maserati se tienen muy bien en
pista mojada tengo por lo menos la oportunidad de tirarme mantenerme detrás de
aquéllas.
La primera media hora de carrera se realizó a promedio
elevadísimo. En la vigésima vuelta, y cuando Collins iba al frente, el promedio
superaba los 130.300 Km/ph.
En la 25ta vuelta, no obstante, las ambiciones del británico
se habían esfumado cuando tuvo que detenerse en el box por rotura del embrague.
Dificultades en la transmisión fueron el mal característico
de la Ferrari en esta jornada, pues 5 circuitos más adelante se detuvo Musso
por la misma razón. Nuevamente poco después se retiró Mike Hawthorn,
evidentemente por fallas en la transmisión. En el transcurso de sólo 10 vueltas
habían quedado fuera de carrera 3 Ferrari, y solamente Castellotti seguía
acosando a Fangio y a Behra desde el 4to y luego desde el 3er. puesto.
Cesare Perdisa se había mantenido hasta ese momento en el
8vo lugar, a bastante distancia de los punteros. No era de sorprenderse que
ante esta situación la dirección del equipo Ferrari indicara a Collins hacerse
cargo de esta máquina, en la esperanza de que el inglés pudiera reconquistar
algo del terreno perdido. Pero aun la habilidad de un Collins no bastó para dar
alcance a las máquinas que le precedían, por el sencillo hecho de que las
Ferrari caminaban notablemente menos que las Maserati. Tanto era así que Fangio
le sacaba a Castellotti por vuelta entre 5 y 7/10 de segundo de ventaja, no
obstante que el italiano era posiblemente el hombre más veloz y más regular de
la Ferrari
Aun antes de promediar la prueba, José Froilán Gonzalez
cedió su máquina a De Portago, quien 1a manejó muy bien hasta el final,
ocupando con ella el 5to lugar.
A esta altura volvió a cobrar emoción la carrera, porque varios
pilotos se detuvieron para cargar combustible. Tal el caso del sueco Bonnier,
quien condujo su máquina en forma muy tranquila y bastante veloz. En la vuelta
57ma se detuvo también Carlos Menditeguy para cargar combustible, y lo mismo
hizo Collins con la máquina número 18, originalmente de Perdisa. Aprovechando
la circunstancia se hizo cargo de la misma el alemán von Trips, quien la llevó
hasta el final. El promedio ascendía en la 50ma vuelta a 130,400 Km/h., que
representa una marca bastante elevada considerando que Fangio y Behra se
hallaban muy distanciados de sus mas inmediatos perseguidores. Veinte vueltas
más adelante el promedio experimentó un nuevo incremento, siendo de 130,475
Km/h.
Gran Premio de Argentina 1957
Poco después de haberse detenido Behra hizo lo propio
Fangio, sin perder por ello la punta. El incidente se produjo a poco del final
para reabastecer la maquina "por las dudas"
En la vuelta 76 se produjo el muy afortunado accidente de
Castellotti. El italiano, como ya queda expresado, venia persiguiendo a Behra y
Fangio en forma tenaz, siendo el único competidor a parte de los dos citados
que se hallaba aún en la misma vuelta, pues Menditeguy ya había perdido un
circuito. En la curva de Ascari se le desprendió la rueda trasera izquierda a
Castellotti, perdiendo éste el control sobre su maquina. La misma fue a parar
sobre la franja de pasto, sin que el piloto sufriera daño alguno. Automáticamente
Menditeguy avanzó al 3er puesto después de haber realizado una carrera
inteligente, sin apremiar su máquina demasiado al principio. Digno de mención
es también el desempeño de Harry Schell, quien en ningún momento mostró rasgos
de cansancio sino, muy al contrario, fue siempre el activo y dinámico Harry
Schell que conocemos desde hace años.
Este V Gran Premio de la República Argentina no merece,
creemos, comentarios muy profundos para analizar lo sucedido. Fue en todo
momento neta la superioridad y especialmente el aguante mecánico de las
Maserati, tanto que todas las máquinas de esta marca que largaron llegaron al
final, y solamente 2 de las 6 Lancia-Ferrari que iniciaron la prueba pudieron
resistir las 3 horas. Este es un índice elocuente del rendimiento que
alcanzaron en los últimos meses las Maserati. Fangio y Behra no se vieron en
ningún apuro desde el momento en que se retiró Collins en la 25ta vuelta,
aunque no deba quitarse méritos a la performance de Castellotti.
De los demás pilotos cabe destacar el excelente desempeño de
De Portago, Collins, Von Trips, Perdisa -muy tranquilo - Bonnier -piloto
regularísimo- y de Tomaso quien en su primer Grand Prix realizo una exhibición
linda aunque dejándose llevar a veces por su ímpetu.
De todas maneras su desempeño con una Ferrari antigua, de
solo 2 litros de cilindrada, fue digno de mención. Stirling Moss tuvo pésima
suerte, quedándole como único consuelo el de haber conquistado el record de
vuelta con l’44"7 a 134,532 Km/ph. en el 75to circuito. Es la vuelta más
veloz alcanzada en carrera en el circuito número 2 del Autódromo a través de
cinco disputas del Gran Premio República Argentina, realizado esta vez en un
marco magnifico ante un público no muy numeroso, pero con una organización
perfecta que nos pone en condiciones de expresar haber asistido a una carrera
digna de su jerarquía.
Ni el desagradable incidente ocurrido en los boxes, cuando
un mecánico de la Ferrari se vio en la necesidad de arrojarle la bandera
colorada a Perdisa sobre el capot para instarlo a detenerse, suceso que habla
de la falta de respeto reinante en este equipo para con las órdenes que se
imparten desde el box; ni este incidente – insistimos – pudo empañar el brillo
de la jornada. Para Fangio significa este triunfo su cuarta victoria en el Gran
Premio de su país y a la vez el conseguido con mayor facilidad. No por ello
deja de brillar la calidad del eximio volante balcarceño.
Por Federico Kirbus
Revista El Grafico Nro 1949. Enero de 1957
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